Sobre mí
Ni la vocación, ni la afición, por si solas, son suficientes para triunfar.
Lo que dá valor a la pintura es su conexión con lo que vive.
Me he criado con el caballete montado frente al Ebro, las Viñas y el Moncayo, todos ellos modelos transformados según mi sensibilidad y temperamento.
La variedad de mi obra, siempre dentro del impresionismo cromático, me lleva a tocar todos los temas.
El retrato (que pinto siempre en los meses de invierno) procuro darle la elegancia Artística y Plasticidad personal que me permite el modelo, siéndole siempre fiel sin concesiones que distorsionen la realidad. La luz y complicidad con el modelo hacen el resto.
Pilar García Escribano